A finales de los años 50, San Francisco era ya la punta del
iceberg de una contracultura que nacía del propio cansancio capitalista. En
aquellos días ya era la capital beatnik, gracias al magnífico club llamado Big
Daddy, donde el Kingston Trio grabó su revolucionario disco del año 1958. Se
convirtió en el best-seller de la incipiente izquierda californiana de la
contracultura. San Francisco era la nueva meca de la protesta. La zona del
Haight-Ashbury, al este del Golden Gate, que había servido de refugio de los
terremotos de comienzos de siglo, se convirtió en la raíz de los grupos más
revolucionarios. Intelectuales, pacifistas, que utilizaban una nueva especie de
teatro de la protesta, con light-shows insólitos y bailarinas con las tetas al
aire. El onírico sentido de la libertad flotaba como la niebla de la bahía. El
16 de octubre de 1965, cuando empezaba a cimentarse la revolución, casi 5.000
personas marcharon desde la Universidad de Berkeley a la zona del aeropuerto en
Oakland, donde había un puesto de mando militar, como demostración pacífica en
lucha contra el reclutamiento casi obligatorio a la guerra del Vietnam. En la
marcha sonaba Satisfaction de los Stones, un reciente éxito y el más agresivo
I'm fixin to die de Country Joe and The Fish. Pero una hora después, la marcha
fue fulminante abortada con la irrupción amenazante de cientos de policías, que
eran escoltados en retaguardia por los los Ángeles del Infierno. Los Ángeles era
una legión a favor de la guerra de Vietnam.
El poeta, Allen Ginsberg , el poeta beat,
el ídolo de Bob Dylan, iba en la cabecera de la marcha. Inmediatamente, pidió a
la multitud que cantaran Hare Krishna para rebajar la tensión. Pero un grupo de
Ángeles del Infierno se acercó a la comitiva y empezó a insultar a los
protestantes. A Ginsberg le llamaban "maricón". También les
insultaban con palabras como "rusos, comunistas, cobardes". Cobardes
era el adjetivo que más sonaba. Ante la firme amenaza de las pelotas de goma,
la marcha se disolvió pacíficamente.Pero Allen Ginsberg , en vez de asumir la
derrota, dibujó lo que sería la gran revolución del flower power. Escribió su
famoso ensayo How to make a March/Spectacle a comienzos del mes de noviembre.
Las flores se iban a utilizar como armas estratégicas, se iban a repartir
también caramelos y pequeños juguetes y repartirlos a policías y a los Hell
Angels incluidos. Y música. La música de Dylan, Joan Baez, los Byrds y un himno
como I got you babe de Sonny and Cher. En el delirio de Ginsberg, con el
predicamento de las tácticas precedentes de la "non violence" de
Gandhi, incluso se utilizaban cruces católicas para exorcizar a los Ángeles del
Infierno, como si se tratara de vampiros en la guerra. Efectivamente, la
revista Berkeley Barb publicó el ensayo de Ginsberg. Ese mismo día, la cúpula
de los Ángeles del Infierno en San Francisco mandó un telegrama al presidente
Lyndon B. Johnson ofreciéndose como cuerpo de guerra para proteger los
intereses nacionales. Ellos mismos se denominaban "gorilas". Un
maravilloso día, unas 8.000 personas provistas con flores, caramelos, juguetes
y cruces iniciaron la gran marcha por la paz, con vestimentas floridas y de
múltiples colores. Fueron los primeros hippies de la contracultura
norteamericana. Esa gran marcha de colores a lo arco iris, se produjo
exactamente el 20 de noviembre de 1965. Hace 50 años.
Dos términos Curiosamente, el término flower power no
aparecía en ese primer manifiesto de Allen Ginsberg, que aducía estar inspirado
por las letras de Bob Dylan. Uno de los profetas del hippismo que no quiso
nunca sumarse a ese mundo. No conoceríamos las dos palabras flower power hasta
que el activista Abbie Hoffman organizó la multitudinaria marcha del Flower
Power Day, en mayo de 1967, cuando San Francisco era la ciudad de la flores, de
los hippies, gracias a temas como San Francisco, con la frase: "Si vas a
San Francisco asegúrate de llevar flores en tu pelo", la genial canción de
John Phillips, el líder de Mamas and Papas. Hoffman reconoció haber copiado el
término, con esa frase que había popularizado Stokely Carmichael, uno de los
miembros del comité de Ginsberg. Había unido los términos de flower de Ginsberg
con el de black power del escritor negro Richard Wright. El flower power tuvo
otros grandes actores de avant garde. Por ejemplo, Milton Glaser fue un genio
de la propaganda y de los postres psicodélicos. Su obra maestra fue la cabeza
de Dylan con un pelo lleno de colores psicodélicos. Heinz Edelmann era un genio
de la ilustración y fue el responsable de los dibujos de Yellow Submarine de
los Beatles. Finalmente, Peter Max fundó la imagen del flower power con su
carismática portada de Life.Musicalmente, San Francisco se convirtió en la
capital del mundo del arte psicodélico, de los escritores revolucionarios y de
la música. Incluso del feminismo, con el movimiento de la cantante Lesley Gore.
Las grandes bandas crecían alrededor de Haight-Ashbury. Nada menos que
Jefferson Airplane, Grateful Dead, el grupo de Janis Joplin, Big Brother and
the Holding Company y hasta Eric Burdon formó un nuevos Animals en la Bahía,
con temas históricos como San Francisco nights. El mundo entero se rendía a los
hippies.En enero del año 1966, se inició el primer Festival de Cine, llamado
Trips Festival, con imágenes de la vida psicodélica de los hippies. Ken Kesey,
que escribió Alguien voló sobre el nido de Cuco, encendió las luces de la
psicodelia con el LSD, un gran defensor de la droga como "el despertar a
la vida". A fumar hierba, a tomar LSD, el postulado por el amor libre y el
culto a la paz. Así hasta octubre de aquel año, cuando el estado de California
criminalizó todo tipo de drogas de los hippies.
George Harrison creyó en ese nuevo mundo del flower power,
de los hippies. Llegó un 8 de agosto de 1967, en pleno "verano del
amor", pero según me dijo no había encontrado más que "gilipollas,
drogados, niños tontos y una filosofía absolutamente absurda". Años
después, el hippismo fue barrido intelectualmente con el libro de Bennett
Berger: Moralidad Hippie: Más vieja que nueva. Aún así, si vas a San Francisco
y aún llevas flores en el pelo, serás bien recibido en el distrito de Haight
Ashbury. Gente como David Smith trata de rememorar del mundo de los hippies y
un escritor como David Wills te contará la verdadera historia de los hippies.
La tienda de discos Amoeba es la conciencia del hippismo. Todavía quedan
algunos hippies en los alrededores del Golden Gate. Parecidos a los que
formaron las primeras huestes, cuando un poeta de la subcultura o de la
contracultura llamado Allen Ginsberg quiso revolucionar el mundo.
Fuente: Julián Ruiz, en El Mundo.