Hacia principios de 1977, un pequeño grupo de sindicalistas de la Unión General de Trabajadores, reclutaron por las cuencas mineras de Teruel a algunos jóvenes trabajadores de empresas mineras con la intención de relanzar y reconstruir el sindicalismo de clase en aquellas zonas. Entre aquellos primeros “maestros”, se encontraba Gerardo Torres Sahuquillo, quien con su verbo fácil y entusiasmo predico el sindicalismo socialista por cuanto tajo encontró y donde podía reunir a un grupo de entusiastas. Era “alumno” de Eusebio Hernández, verdadero adalid ugetista, marxista confeso y líder de la UGT en Teruel.
Al poco tiempo el propio Gerardo Torres, fue elegido secretario general de la UGT de Teruel, y no hubo carretera que no recorriera haciendo cada día más grande al sindicato socialista, el animoso grupo de jóvenes que le seguía sin condiciones lo acompaño durante toda esta época de crecimiento y de lucha sindical.
Más tarde, el PSOE lo reclamo para ser diputado por la circunscripción de Teruel, por la que fue elegido en V legislaturas consecutivas y donde más allá de anécdotas deliciosas, por su gran capacidad oratoria, su trabajo fue siempre reconocido por competente y honesto.
Retirado de la política activa hace tiempo, una grave enfermedad le ha perseguido de forma cruel, y le ha vencido. Ayer fallecía en la ciudad donde vivió gran parte de su vida este valenciano de Gestalgar a los 64 años.
Quiero rendirle este pequeño pero emocionado recordatorio, a uno de los militantes socialistas más reconocibles por su honradez y capacidad, con el que aprendí y compartí tantas cosas, desde aquellos primeros años de ilusiones y sueños, hasta la comisión ejecutiva de la UGT de Teruel en 1979 de la que ambos fuimos miembros, el como primer secretario. Pero sobre todo, quiero recordarlo con afecto y respeto. Afecto y cariño a un gran amigo que se va, respeto el que se debe de tener a uno de los socialistas más nobles, honrados y capaces.
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