La victoria del candidato republicano en la elección celebrada el martes en Massachusetts para cubrir la vacante dejada en el Senado por Ted Kennedy, fallecido en agosto del año pasado, ha ensombrecido el primer aniversario de Barack Obama en la Casa Blanca más que la caída en los índices de popularidad, que están dentro de lo previsible. Al reducirse la mayoría en un voto --de 60 a 59--, los demócratas pierden la posibilidad de aprobar la reforma sanitaria sin mayores contratiempos y los republicanos disponen de la una herramienta indispensable para entorpecerla y para practicar el filibusterismo parlamentario.
La derrota en Massachusetts confirma, además, el temor desencadenado entre las clases medias por una reforma considera costosa e intervencionista, que ha movilizado por un igual a una parte de los votantes independientes que apoyaron a Obama en noviembre del 2008 y a los republicanos, dispuestos a arrebatar a sus adversarios un escaño ocupado ininterrumpidamente por un demócrata desde 1953. Para el equipo del presidente Obama se abre forzosamente un periodo de reflexión, porque en noviembre se celebrarán elecciones legislativas y parece inevitable que el reflejo conservador de Massachusetts sea una referencia obligada.
Fuente:"ElPeriodico de Aragón."
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