Con la anunciada huelga general en el rabillo del ojo, e inmersos en la vorágine mundialista, del fútbol me refiero, y con José Luis Rodriguez Zapatero en el G-20, se observa una cierta calma chicha, en el panorama de estos días. Calma chicha solo revuelta por la aparición de Mariano explicando no se sabe muy bien que, ni para que y lo peor ni para quien sus medidas económicas -que medidas?-. Eso sí a las meteduras de pata de Arenas Bocanegra, que acertado segundo apellido tiene este pollo, Mariano sale al corte de inmediato, ni por asomo ve una gran coalición y mucho menos presidida por ZP.
No es el único, lo peor que le podría suceder a esta sufrida nación, es una conjunción de esa naturaleza, por su poco valor, quien se puede fiar de unos elementos que miserablemente casi dejan caer a España en un pozo sin fondo, generando desconfianza y dudas internacionales y no apoyando unas medidas duras pero necesarias, que toda la derecha europea a tenido que reconocer como satisfactorias para frenar el déficit y enderezar el rumbo, y que este pasto quiso que fueran la sepultura socialista sin aceptar que lo podía ser también de todo un País. Ni hablar del peluquín, con esta banda impresentable ni a ”recaos”.
Calma chicha, que pudiera entenderse también por el acuerdo sobre las eléctricas, ya anuncio que esto terminara mal, por que los intereses son muy contrapuestos. Sebastián se puede electrocutar si no se fija en el peligro, se lleva a Montoro al ministerio y Rajoy termina diciendo que esto es cosa suya, no se, no se, yo no me fiaría, ni haría carrera apoyándome en estos elementos, que en el PSOE podemos ser, malpensados pero no lerdos, digo de cabo para arriba y para abajo.
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